ZOCO. Experimento social de adquisición de arte.
- María Elisa Flores
- 15 feb 2019
- 7 Min. de lectura
Actualizado: 3 jun 2020

En los países árabes el #zoco es un mercadillo tradicional o plaza que generalmente se ubica en el centro de la ciudad. Es un lugar con mucha concurrencia donde se puede vender y comprar toda clase de artículos al aire libre. Dependiendo de la ciudad en la que se lo realice la frecuencia del mercadillo es diario, semanal o se instala solamente en determinadas épocas del año. Estos lugares son el núcleo comercial de la ciudad donde el regateo es una práctica habitual.
De este concepto nace la muestra -Zoco, un experimento social de adquisición de arte- que se llevó a cabo en #ArteActual #Flacso del 11 al 16 de diciembre. La idea fue concebida por #PaulinaLeón (artista visual y docente universitaria) quien interesada y preocupada por la situación actual del mercado del arte en la ciudad ha decido abrir este espacio para realizar un trueque o venta entre artistas e interesados en la adquisición de una obra de arte. Zoco no es una #exposición/#curaduría, es un “experimento social de economías alternativas basadas en la reciprocidad”, señala Paulina. Va más allá de una feria de arte o exposición tradicional donde el público va solamente a contemplar una obra de arte. El interés de este experimento es fomentar el #coleccionismo en las nuevas generaciones a través de novedosas propuestas adquisitivas y que los artistas también se beneficien con algo que a ellos les interese obtener con el canje de su obra. Este espacio pretende generar una comunidad empática y solidaria con intereses que van más allá de la transacción monetaria, la idea es generar contacto con la gente. Los objetivos son varios, no solo la adquisición, sino también revitalizar la vida en la comunidad a través de la creación de redes sociales donde el capital financiero se sustente con el capital social. Generar un ambiente de diálogo y convivencia entre los artistas y el público donde no solo se ponga un precio a las cosas sino donde se otorgue un valor a las obras.
Paulina planteó Zoco de la siguiente manera: “por un lado hay la opción de comprar una obra de manera tradicional (a través de pago monetario), y por el otro proponemos utilizar el trueque como herramienta que posibilite adquirir una obra a través del intercambio por otros bienes materiales o servicios equivalentes. A través de este intercambio libre entre dos individuos que aceptan mutuamente la transacción, proponemos pensar y practicar alternativas a la economía de mercado; y así fomentar las relaciones sociales, la cooperación, la reciprocidad y el ejercicio de economías complementarias y mercados alternativos.” Los lemas que acompañaron este experimento fueron: ¡Todos tenemos algo que dar! y ¡Vamos a #trocar!

El mercado del arte en el país
Culturalmente no estamos acostumbrados a consumir arte -en ninguna de sus manifestaciones- menos aún comprarla. El público que asiste a exposiciones artísticas, obras de teatro, danza, conciertos, etc. es reducido, no se diga aún el público interesado en el coleccionismo o compra de arte contemporáneo. Tenemos el prejuicio de que esta actividad es un privilegio elitista, solo destinado a cierto grupo de personas con alto poder adquisitivo. Sin embargo, el mundo del arte actual cada vez nos ofrece más posibilidades para que todos podamos tener una obra de arte original y a precios accesibles.
El mercado del arte en el Ecuador es limitado, sobre todo en arte contemporáneo. Existe mercado para obras decorativas y obras tradicionales (paisajes, retratos, bodegones). Existen pocos coleccionistas; hay pocas galerías y la situación económica actual no es la mejor para pensar en adquirir arte. Existen varios factores que confluyen para que este mercado no se active de manera más fuerte. Por ello, las nuevas prácticas artísticas tienen que abrir su propio mercado y Zoco fue el espacio preciso para hacerlo.

El antecedente
Cuatro ediciones de un encuentro bianual llamado “Encuentro de arte, trabajo y economía” que abarca estudios de la relación entre economía cultural y el arte fueron el antecedente para crear Zoco. Las principales interrogantes que surgieron a partir de estos encuentros que agrupaban las experiencias de teóricos, académicos, curadores y artistas de varios países fueron: ¿Se consume arte en el país o no? ¿Cómo es la vida de los artistas a nivel económico? ¿Se puede o no vivir del arte? ¿Cómo salir de la precariedad laboral? estas y otras preguntas abrieron líneas de debate generando así la idea de alternativas económicas para adquisiciones artísticas. De estos coloquios se han realizado publicaciones que están disponibles on line y se pueden descargar en la plataforma issuu de Arte Actual Flacso.
El experimento
A través de este “experimento” de corta duración -una semana-, este espacio se llenó de las obras de 17 artistas para realizar un intercambio, trueque o compra en efectivo. Se propuso a los artistas que participaban que las obras sean de pequeño formato con un tope máximo en el precio. El evento condensó diferentes manifestaciones artísticas: fotografías, cerámicas, pinturas, dibujos, ilustraciones, hasta un acrílico pintado sobre un paraguas. La propuesta curatorial no se rigió a un eje temático, sino más bien giró en torno a los propios artistas. No hubo convocatoria abierta, se realizó una selección de artistas con invitación directa. Artistas de larga, media y corta trayectoria, es decir una propuesta intergeneracional de trayectorias. Se invitó a 20 artistas de los cuales quedaron 17, el único requisito era que los artistas acepten las reglas del juego. Estas reglas eran: un máximo de 5 obras de formato pequeño y listas para su entrega por artista con un costo máximo de $350 cada una. El otro requisito indispensable era estar abiertos a considerar el trueque como forma de pago, dicho trueque estaría basado en la reciprocidad. Aceptadas las condiciones se procedió al montaje donde cada obra tenía ubicada al lado derecho un pequeño buzón en el que se podían depositar las ofertas que se abrirían al finalizar el evento. También se colocó una ficha técnica junto a cada una donde se sugería el trueque que le interesaba a cada artista. Por ejemplo; a #NataliaEspinosa le interesaba específicamente servicios de gastronomía u hospedaje, transporte aéreo o marítimo, productos artesanales variados, servicios de metalmecánica o carpintería a cambio de sus platones de cerámica esmaltada de 40 centímetros de diámetro valorados entre $140 y $260 cada uno.
#AliceBossut sugería el trueque de sus dibujos de insectos y bosques en técnicas mixtas como témperas y acrílicos o crayón y lápiz, por artículos para bebé (si era un asiento de bebé para el auto mucho mejor). Sus obras estaban valoradas entre los $200 y $250, en formatos enmarcados de 25cm x 25cm aproximadamente.
#MishaVallejo, fotógrafo documental y artístico, proponía un intercambio de servicios con un enfoque particular muy específico. Cuatro días de sonidista para proyecto audiovisual, una cena en restaurante, un scanner de negativos, un slider para video o un micrófono inalámbrico. Sus fotografías de 26cm x 39 cm estaban valoradas en $200.
A #AnaFernández le interesaba un trueque por joyas de plata y piedras de diseñadores ecuatorianos, un intercambio con otra obra de arte de artista ecuatoriano/a que a ella le guste, un texto sobre su obra escrita por un crítico/a o curador/a o fotos profesionales de su obra. Sus dibujos y collages en varias técnicas como tintas, gouaches y lápiz de color, oscilaban entre los $320 y $350.
La clausura
Finalmente llegó el día, un sábado a las cuatro de la tarde se cerraron las ofertas y se procedió a la apertura de los buzones. Asistieron artistas y ofertantes y en medio de mucho entusiasmo empezaron las primeras ofertas que fueron leídas públicamente; unas proponían pagos en efectivo, otras canjeaban estadías en hoteles turísticos, un quiropráctico ofreció sus servicios profesionales, en el caso particular de una artista se le ofreció un trueque con objetos para bebé como ella lo había solicitado. Así surgieron diferentes intercambios en los que el artista tenía un tiempo para aceptar o rechazar la propuesta y en caso de aceptarla se firmaba un acuerdo entre ambas partes. Algunas de las ofertas monetarias fueron mayores a las propuestas por el artista, el regateo no fue parte de este experimento.

Impresiones de algunos artistas
#MarceloAguirre quien ha trabajado como artista independiente desde 1979, se siente contento con los resultados. Si bien el trueque no es algo nuevo dentro del medio artístico, no se había realizado en la ciudad una propuesta con estas características, señala Marcelo. “Hubo entusiasmo por parte del público y gente joven que se animó a hacer propuestas. Yo estoy contento con mi troca ya que obtuve la mitad en dinero y la otra mitad la voy a recibir en canastas con productos orgánicos que contienen frutas y verduras que me serán entregadas cada cierto tiempo. Ha sido un buen experimento.”
#GonzaloVargas, reconocido fotógrafo artístico, cree que iniciativas como esta son muy valiosas ya que ofrecen alternativas para gente que está interesada en el arte y que quiere adquirir una obra. “Personalmente estuve muy contento de participar, tuve unas buenas ofertas por mis fotografías y ahora estoy esperando que se concreten los trueques.”
#DavidCevallos, artista emergente, dice estar feliz. “Me divertí mucho con la dinámica, creo que ambas partes están felices. En mi caso hice un trueque por miel orgánica y una venta en efectivo. Es genial que la obra permita acceder a bienes y servicios sin la mediación del dinero. La necesidad de asistir para confirmar los trueques motiva la afluencia y encuentro entre artistas y el público.”
Los resultados
Paulina León considera que los resultados alcanzados fueron exitosos. En cifras proporcionadas por la artista y gestora del experimento, se concluye que: de 17 #artistas participantes, 53 obras a disposición y 75 ofertas recibidas, se adquirió un 72% de las obras (16% a través de pago monetario y 56% a través de trueque por otros bienes o servicios). De los 17 artistas solamente dos no recibieron ofertas. Estas cifras dan para muchos análisis que giran en torno a las dinámicas de consumo de arte en la ciudad de Quito y las “posibilidades reales del uso de economías alternativas”. Para un siguiente Zoco se pretende mediante estrategias de comunicación, llegar a otros públicos no relacionados con cuestiones #culturales pero que les interesa formar parte de ellas.
Interrogantes como: ¿Qué obra prefiere la gente y por qué? ¿Qué ofrece la gente a cambio? ¿Qué recibe el artista? ¿Qué otras alternativas económicas podemos aplicar? serán resueltas en un estudio a cargo de una analista económica cultural. Con estos resultados se espera que Zoco II ya no sea un experimento sino una certeza. Zoco abrió un espacio no solo de intercambio de obras y bienes o servicios, sino también un espacio de difusión de los artistas y sus obras.

Este artículo ha sido publicado originalmente por revista #CartónPiedra de Diario #ELTELÉGRAFO el 05-01-2018
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