top of page

Christian Tapia Enríquez

  • Foto del escritor: María Elisa Flores
    María Elisa Flores
  • 10 nov 2021
  • 8 Min. de lectura

Arte, diseño, ilustración y dibujo.


Sobre la obra


Dueño de una línea propia e intuitiva, a través de la singularidad de sus dibujos y de sus propios cuestionamientos personales, el artista plantea las problemáticas sociales que se desarrollan en torno al género. La obra resulta autobiográfica y conlleva una búsqueda personal junto a la proyección de un mensaje. El dibujo, es la base de todas sus creaciones. Un dibujo con un marcado estilo personal que lo ha construido a través de los años mediante un trazo libre que se aleja de los cánones tradicionales. Por medio del grafito, la tinta china o el rapidógrafo, abandona por instantes el color para convertirse en un dibujante nato, centrado en la creación que nace a partir de un punto sobre el fondo blanco. Con una especialización en grabado y escultura, trabajó desde la mano y la herramienta como parte de su educación formal. Sin embargo, siempre se sintió atraído por la tecnología informática. Por ello, algunas de sus obras son trabajadas a través de la intervención digital, recurso que le permite explotar su creatividad mediante la experimentación y sin desprenderse de su estilo personal.

En su arte, de estilo figurativo y con marcada influencia del “pop-art”, se hacen evidentes lecturas cercanas a sus intenciones personales mediante el uso de símbolos y la metáfora visual. Su lenguaje artístico proyecta su propia visión del mundo con un mensaje directo que se proyecta en la imagen. En otras ocasiones, este mensaje se encuentra implícito y se revela a través de signos o frases inscritas en su discurso visual. Recurre a la estética de las letras, al lenguaje escrito y al texto como imagen.

Su paleta cromática por momentos es monocroma, con un gusto particular por el blanco y el negro que les dan sobriedad y elegancia a sus dibujos. Sin embargo, el color se hace evidente en algunas de sus series. El amarillo, por ejemplo, en contraste con el negro, aparece de manera simbólica como un color de alerta que nació a raíz de la pandemia y que está presente hasta el día de hoy. En cada etapa creativa los colores están dotados de sentidos que le permiten reconocer y transmitir sus emociones.

Pensador obsesivo y muy observador, no trabaja con bocetos previos. Con un trazo espontáneo y preciso que se desarrolla sobre el soporte, es capaz de rescatar posibles errores y transformarlos en formas que se vuelven parte de la composición. Para el artista, el trabajar a partir del concepto de la auto aceptación, es una necesidad vital. Una catarsis que se expresa a través de sus ilustraciones con un lenguaje autónomo con su propio sistema y su código.

La invención de personajes imaginarios le permite dar vida a sus propios dioses paganos para de esta manera reivindicar su espiritualidad que se encuentra alejada de las creencias religiosas impuestas. El dibujo se vuelve parte fundamental de sus creaciones, es un medio de expresión y representación. Es el origen de su obra que temáticamente se encuentra atravesada por una fuerte influencia del catolicismo, la sexualidad, la aceptación, el perdón y la ritualidad.




La creación artística a partir del retrato

El desarrollo temático proviene de sus interrogantes personales. Desde pequeño se cuestionó sobre el significado de ser hombre frente a una sociedad conservadora. Percibió el señalamiento de los otros, reflexionó sobre su origen, su sexualidad, su sentir y su forma de ver la vida. Habitar el centro histórico durante sus primeros años de vida y su adolescencia, alimentó potencialmente el bagaje visual que se exterioriza en sus dibujos. La propia lectura de su entorno junto a una profunda introspección, son el germen para la construcción de su discurso gráfico. Para él, el arte es un espacio de diálogo, un lugar que le permite desmitificar creencias y confrontarse consigo mismo.

Al inicio de su práctica artística encontró en el retrato un camino, una experiencia que le acercó a la magia del dibujo. Dentro de ese gesto pasivo descubrió cómo plasmar una realidad a partir de su mirada y a la vez bajo la mirada de los otros. Para él “lo anecdótico es vital” en la obra. Encontró el amor por la línea y la gráfica e inició su producción artística en el 2017 con el dibujo automático guiado por sus impulsos a través de la tinta china y el pincel, con un auto cuestionamiento que proviene desde lo íntimo y los sueños. Esta técnica de producción automática es peculiar en sus dibujos, una técnica psicoanalítica que se centra en los sueños y que revela el subconsciente a través del trazo improvisado que le obliga a estar atento a entrenar su memoria. Este ejercicio de recordar y dibujar imaginariamente es parte de su proceso creativo.




La pintura mural

Experimenta sobre este soporte en gran formato en el 2016 a través de una invitación para participar con un mural dentro de las actividades de la “Conferencia sobre la Vivienda y el Desarrollo Urbano Sostenible Hábitat III”. En los murales, su necesidad gráfica se expresa a través de lo figurativo y el uso de colores planos que les dan vida a sus dibujos que se alejan del realismo. Desarrolla una técnica “xilográfica” y logra resolver la imagen con la noción de gráfica mediante el alto contraste. Su intención es trasponer esta técnica de grabado mediante la visualización del trazo xilográfico en el muro, así la veta y la textura forman parte del dibujo. La práctica le ha permitido ir encontrando la gráfica en el gran formato, expandir esta noción y de esta manera lograr xilografías gigantes. Este estilo gráfico particular, estéticamente bien logrado, junto a la creación de personajes imaginarios siempre nos cuentan algo, hay un relato visual detrás de cada composición. El grafito y el collage son técnicas que suele incluir en algunos de sus murales. Cromáticamente puede pasar del exceso de color al monocromo, pero en su mayoría predominan los colores cálidos.





Lo religioso en la obra (2007)

Indaga esta temática de manera directa con el desarrollo de su obra conceptual “ST” que consiste en la instalación de una cama de metal recubierta por una sábana elaborada a partir de hostias cosidas a mano por él. Con esta instalación plantea la resignificación del ritual de la misa y lo que conlleva que el cuerpo de Cristo, transfigurado en hostia, redima una culpa al entrar en otro cuerpo. Esta sábana tejida reflexiona sobre un lugar en donde todos los cuerpos que son uno se transfiguran en una cobija. “Así se manifiesta la relativa y al parecer necesaria dialéctica de la culpa y la redención.”


Ritual (2017)

Se compuso de nueve acuarelas y tintas sobre papel que se expusieron en el Café Democrático. En esta serie trabajó las reacciones humanas interpretadas a través de la flora, la fauna, la moda, los retratos imaginarios y el autorretrato que está siempre presente. La simetría de los rostros es una manera particular de su línea en el retrato. Atraído por la idea del mandala en la composición, predominan la proporción, el orden y la monocromía. En esta serie declara su necesidad de reafirmarse como artista y sus ansias por la gráfica. Cada una de ellas nace en el espacio blanco, empieza con una línea y ve hasta donde lo lleva, rescata el error y reconfigura el trazo: “la línea siempre te lleva a un lugar”. Predominan la repetición, los patrones, lo simétrico y lo circular como acciones que acercan la ritualidad a la obra.





Erótica (2018)

Esta serie se compuso de diez dibujos en formato A4 hechos a mano con rapidógrafo que fueron escaneados e intervenidos digitalmente. “Erótica” aborda la temática de la desnudez y la intimidad a través de la exploración de los cuerpos desnudos mostrados explícitamente en un acto de encuentro en espacios privados. Indaga la problemática de género: hombre/hombre, mujer/mujer, hombre/mujer con mensajes ocultos que se muestran a través de la sutileza de sus imágenes.


Código (2018)

En esta serie utiliza los códigos como maneras ocultas de dejar mensajes que pueden estar inscritos en los objetos que nos rodean. Se expuso en la galería “No lugar” y se conformó de dos series. Una compuesta de once pequeñas cajas, cada una construida con tres cristales opacos y un marco blanco. Este conjunto de cajas se tituló: “monje, viude, soltere”. Sobre cada cristal realizó un dibujo con rapidógrafo, donde predomina la línea y el alto contraste a través del blanco, el negro y la transparencia del cristal. Evoca nuevamente el uso de la simbología a través de la inserción de tipografía que relaciona la sexualidad y el género. Estos cristales forman parte de sus ejercicios de memoria autobiográficos que abordan su nacimiento, su niñez, los cuerpos desnudos y las etiquetas impuestas. En ellas hay un refuerzo de su discurso gráfico. En esta serie están fuertemente marcadas sus memorias infantiles de la semana santa, la presencia de lo católico dentro de su memoria a través de las creencias populares y los programas religiosos de televisión.

Su segunda serie se titula “harta demencia” y se compone de cincuenta piezas cerámicas redondas de pequeño formato que hablan de su adolescencia y juventud. En cada una escribió y dibujó los imaginarios existentes con respecto a la sexualidad y la transexualidad como: “xxy”, “activo 23 cm de placer”, una tv, personas besándose, el “glory hole”, perros apareándose y frases que vio en baños públicos. Cada uno de ellos son objetos que se relacionan con historias y a la vez son parte de su interpretación sobre la homosexualidad y la indagación de la transexualidad.



Masculinidades (2020)

Esta serie se compone de un juego de vajilla de cerámica para cuatro personas y se expuso en “Más ARTE galería taller”. En ella reflejó su necesidad adolescente de hablar de ciertas cosas. La vajilla se transforma en un elemento que alude a su propia familia. En este acto metafórico desea hablar de aquellas cosas que no se podían decir en la mesa. Para él, la familia es un lugar poderoso para crear. Su madre y su padre se encuentran representados como parte de sus recuerdos. Hace evidentes sus intenciones con frases escritas en cada utensilio: “creo que me gusta la menestra”, “marika”, “sostén”, “belleza”, “fuerte”, etc. A través de un juego de palabras e imágenes aborda el concepto del perdón y su afirmación en la sociedad sin el estigma del género. Invoca nuevamente a la ritualidad, pero esta vez a través del perdón. Plantea la legitimación de la sexualidad con la visualización y el planteamiento de esta problemática en la sociedad actual. Plásticamente logra que su obra sea estética y visualmente atractiva, añade el soporte cerámico y mantiene la monocromía del blanco y el negro. Refleja el uso de los símbolos que evidencian sus recuerdos de la niñez como lo fueron su relación con los objetos de belleza masculinos y femeninos y los utensilios de cocina. Su lugar de enunciación es desde lo católico, la familia, la religión y el perdón.


La sombra

En sus últimas creaciones trabaja el arquetipo de la sombra a través de pequeñas figuras de un color negro intenso que aparecen sutilmente dibujadas cerca de sus personajes. Este concepto lo toma de la psicología aludiendo al lado obscuro de la personalidad de todo ser humano. “Todo el mundo tiene una sombra, y cuanto más oculta está de la vida consciente del individuo, más negra y más densa es”. Confronta sus sombras haciendo consciente su propia obscuridad. De esa manera busca formas de conectar con momentos trascendentales de su vida y hacerlos evidentes a través del dibujo.




……

Christian Tapia indaga las posibilidades del arte más allá de lo clásico y tradicional mediante la experimentación con soportes y materiales diferentes que van desde el papel al mural pasando por el arte digital. Siempre con mensajes ocultos que se hacen evidentes a través de la imagen y que se nutren de su realidad. Una obra reflexiva llena de significaciones y acompañada del desarrollo permanente de los símbolos. Actualmente sigue trabajando el concepto de ritualidad, pero esta vez con rituales más alegres en alusión a esas mismas memorias como una celebración de su identidad. Una obra donde técnica y temática se complementan perfectamente y en la que desea que otros puedan reconocerse.




María Elisa Flores

Crítica de arte



 
 
 

Commentaires

Noté 0 étoile sur 5.
Pas encore de note

Ajouter une note
bottom of page