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CLAUDIA CARTUCHE

  • Foto del escritor: María Elisa Flores
    María Elisa Flores
  • 7 ago 2019
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 18 may 2020


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Claudia Cartuche Flores/Artista Visual

Claudia Cartuche empieza a desarrollar su propuesta artística a través de la fotografía de desnudo clásico y su interés por deshacerse del ideal clásico de belleza y el canon estético sobre lo que se considera bello respecto al cuerpo. Es así que el cuerpo se convierte en su objeto de arte, para ella el dibujo es una herramienta primordial. Sus obras nacen a partir de bocetos previos, construye su propuesta a partir de dibujos y de su necesidad personal de visualizar la idea para luego trasponerla a la fotografía. Centra su investigación y cuestionamientos artísticos en torno al cuerpo como un objeto social que se ve afectado por su tiempo. A lo largo de estos años ha experimentado sobre diferentes soportes que le han dado versatilidad a su obra. Su propuesta atraviesa el campo fotográfico, el video experimental, el dibujo, y la escultura. Para ella la fotografía es un recurso que le ha permitido indagar el cuerpo humano en todas sus formas y expresiones.


Sobre "Habitante Cero"

La primera propuesta titulada “Habitante Cero” la desarrolla en el 2018 como un video experimental sonoro e instalación dentro del Sur/Laboratorio-Proyectos de Arte Contemporáneo. Al realizar sus investigaciones estadísticas sobre la población de su ciudad y el número de habitantes que circulan en el centro, no encontró mucha información ni cifras al respecto, esto la llevó a cuestionarse: ¿qué número de habitante soy? Al no encontrar una cifra asignada ¿soy un ser que no existe? De ahí nace Habitante Cero, un ser que no está catalogado pero que existe y habita un espacio.

El video se realiza en un circuito que se desenvuelve en un lugar céntrico de la ciudad de Loja, un lugar caotizado por el propio ser humano. El video se realizó con dos cámaras de alta resolución de aparatos celulares colocadas y camufladas en el frente y espalda de la artista de manera sutil donde solo queda al descubierto la lente de la cámara de video. El ejercicio artístico consistió en circular de manera repetitiva por un mismo lugar durante varias semanas y a horas pico (siete de la mañana- una de la tarde y siete de la noche). En este proceso la artista se transforma en una “máquina orgánica” de registro, se mueve en medio de esa confusión, no se queda estática, interactúa en el medio y registra no solo las imágenes en video, sino que registra sus sensaciones a través de dibujos realizados in situ. Una vez terminadas las grabaciones y su experimentación, Claudia editó y sintetizó su trabajo en un video de cinco minutos en el cual las personas se muestran como espectros que circulan en diferentes tiempos. El gusto particular de la artista por el cine de terror hace que los mire como seres fantasmales. Su propuesta consiste en esta forma de representar a las personas, como rostros sin forma, sin expresiones, alienados por la cotidianidad y el caos de la ciudad. La muestra plantea la problemática de una ciudad pequeña que atraviesa los problemas de grandes ciudades como la saturación, la contaminación, y la congestión que se genera en este pequeño espacio. Sugiere a través del vídeo dos problemáticas que atraviesa su ciudad: por un lado, el momento de congestión y ajetreo de sus habitantes y por otro la falta de espacios de esparcimiento y diversión.




Sobre la serie "Espectros de habitante cero"

Continuando la primera propuesta de “Habitante Cero”, Claudia desea abrir el panorama de su producción más allá del referente inmediato del aspecto visual del arte y mantiene su eje temático en torno a la preocupación por el espacio que transita. Retomando el ejercicio anterior realizó en cada parada una cartografía con datos de ubicación geográfica y dibujos que plasman sus sensaciones en estos espacios de saturación y la forma caótica de transitarlos. “Habitante cero” le permite realizar una serie de dibujos en carboncillo, lápiz y sanguina sobre papel que han sido tomados del video y que ella los ha bautizado como “espectros” ya que se asemejan a fotogramas que parecen emerger del video. Seres atrapados detrás de la pantalla, seres que no tienen voz y que se encuentran desesperados.

Esta serie de espectros que nació a partir de bocetos de pequeño formato realizados en técnicas secas que serán transferidos a un formato más grande de 50x70 centímetros sobre láminas traslúcidas que le permiten mayor contraste en un juego de luces y sombras. Se manifiesta en estos una fuerte influencia del cine de terror, no solo en las expresiones etéreas de estos seres que parecen estar atrapados y sofocados sino en el uso del claroscuro y los tonos penumbrosos del dibujo. Se plasman en estas expresiones el sentir de la artista trasmitiendo a la vez al espectador sensaciones de angustia, preocupación y sobrecogimiento. A su vez estos dibujos son llevados a pequeñas esculturas realizadas con alambre y yeso cuya composición y manufactura no pretenden llegar a un realismo absoluto o a la proporción exacta, sino más bien busca que sean una interpretación de la fragilidad del ser humano. De esta manera sostiene su propuesta de deshacerse del canon estético tradicional. Esta muestra se conforma de dibujos, esculturas y el video arte sonoro de habitante cero.





@MaríaElisaFlores


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